Culminando un año lleno de desafíos desde el Programa de RSU
Frente a la irrupción inesperada del COVID-19 debimos reinventarnos. Bruscamente el aislamiento nos sacudió, llegó para quedarse y fue transformándose gradualmente en lo cotidiano de cada día, de cada semana, de cada mes, cubriendo finalmente, con su sombra todo el año y opacando calendarios de actividades cuidadosamente organizadas de antemano.
Silencio sórdido, incertidumbre, angustia, miedo, tuvieron que ser vencidos y más allá de la propia realidad, de lo tirano del tiempo que no daba tregua, hubo que redescubrir, reorganizar y recrear, el vínculo, el encuentro, el contenido y la actividad.
Y fue entonces, cuando a través de sonrisas, experiencias compartidas, juegos, iniciativas planteadas, el encuentro con el otro y la escucha activa… nada se detuvo, (no pudo, con nosotros, este virus). Poco a poco, comenzó a girar nuevamente el engranaje complejo, y fue entonces, cuando las distancias se acoraron y fueron apareciendo rostros y sonidos, y preguntas y hasta mates compartidos, y escuchas y contención y el aprender fue más fácil…
Transitamos por caminos no conocidos, pero al igual que siempre, como una espiral inagotable, entre todos y de todos aprendimos.