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COOPERACIÓN PARA EL DESARROLLO DE ASENTAMIENTOS HUMANOS PRECARIOS.
El principal objetivo del curso es la Formación de recursos humanos en cooperación para el desarrollo de asentamientos humanos (AH),en respuesta a la creciente demanda de técnicos especializados en planeamiento urbano, alojamiento y revitalización general del patrimonio construido.
Para ello se impartirán conocimientos sistemáticos sobre la problemática y los instrumentos de cooperación para intervenir en AH de Países en Vías de Desarrollo (PVD). Dichos conocimientos se centrarán, de manera muy particular, en el desarrollo urbano y la vivienda (asentamiento humanos y cobijo) acometidos por los propios pobladores de dichos asentamientos, llevados a cabo mediante el sistema de autoconstrucción dentro del llamado sector de economía informal. El contenido docente se abordará en su dimensión pluridisciplinar y en la vertiente teórica y, sobre todo, práctica -y está ejemplificada en casos preferentemente africanos y latinoamericanos-.
Se abordará pues el conjunto de conocimientos necesarios con un enfoque preferentemente práctico-propositivo y dirigido siempre hacia la más amplia y generalizable intervención urbanística en los AH auto-construidos: Ordenación del Territorio, Urbanismo, Vivienda, Sistemas Constructivos, Revitalización del Patrimonio Construido, Municipalidad, Sistemas de Cooperación, Demografía, Medio ambiente, Procesos de Participación, etcétera.
Mas información en http://www.cuhab-upm.es/docencia/curso_2018/#/ms-2/1
08/08/2017
En el marco de un convenio entre el IVC porteño y la FADU-UBA, tres jóvenes estudios proyectaron soluciones arquitectónicas y urbanas para los barrios Villa 20, Rodrigo Bueno y Playón Chacarita.
La “Villa 20” de Soldati, el barrio Rodrigo Bueno -en la Costanera Sur- y el Playón Fraga de Chacarita, son tres de los 25 conglomerados de emergencia de la CABA que pronto pasarán a ser parte del tejido urbano. Este vínculo va tomando forma a partir de un ambicioso plan de integración socio urbana del que participan arquitectos y urbanistas junto a equipos multidisciplinarios, autoridades y habitantes de los barrios a intervenir.
A través de un intercambio participativo que hoy continúa, los tres anteproyectos fueron elaborados por los estudios Béccar Varela-Amorín, ATV y Monoblock, cuyos integrantes son egresados y profesores de la FADU-UBA. Bajo la coordinación del arquitecto Daniel Becker, los jóvenes profesionales trabajaron bajo un “paraguas” programático elaborado a partir de un convenio de asistencia técnica entre el Instituto de la Vivienda de la Ciudad (IVC) y la Facultad.
Sumados los tres casos, la intervención alcanza 40 manzanas e incluye la construcción de 3.000 viviendas nuevas y la reformulación de otras existentes, más la apertura de calles y el desarrollo de una completa infraestructura de servicios básicos y complementarios. Según Federico Azubel, autor del anteproyecto para la Rodrigo Bueno desde el estudio ATV, “no se trata de intervenciones aisladas. Si bien cada estudio hizo su anteproyecto, se trabajaron los criterios proyectuales desde la FADU como un solo equipo y bajo el germen inicial propuesto por el IVC, que ahora continúa con el desarrollo de las ideas iniciales. Por eso nos gusta más hablar de un proceso que de un proyecto”.
Para el arquitecto Mario Boscoboinik -director general de Proyectos del IVC-, “desde el Instituto respetamos el núcleo duro de las propuestas -sólo se hicieron agregados y cambios en parte de las alturas-, que se caracterizan por una arquitectura bien barrial”. Por su parte, el arquitecto Pedro Caride -subsecretario de Proyectos y Obras del IVC-, “la idea es integrar la villa a la ciudad en forma plena a partir de una visión integral, que no sólo implique una mejora estética y funcional sino también reconocimiento social, presencia integral del Estado y mejoras en la capacitación y la empleabilidad”.
De los tres proyectos, el más avanzado es la Villa 20, que alberga a 9.200 familias (28.500 personas) distribuidas en 32 manzanas, incluido el predio conocido como Papa Francisco. La obra se conforma a partir de seis etapas que incluye la construcción de 1.700 viviendas nuevas (de planta baja y tres pisos), la recuperación de otras 2.900 y la instalación de las redes troncales de servicios básicos. “Nuestra propuesta se basó en un masterplan existente -señala Matías Beccar Varela, autor del nuevo anteproyecto -, de modo que pensamos en la reformulación de aspectos puntuales, como la inclusión de nuevas plazas de carácter cívico con programa edilicio de equipamiento institucional, nuevas materialidades y nuevas escalas consorciales”.
Con el objetivo de integrarlo más cabalmente con el resto de la ciudad, el estudio proyectó nueve bloques con patios centrales que reemplazan el anterior sistema de pabellones alargados por un amanzanamiento con tejido más típicamente urbano. “Tanto la iluminación como el asoleamiento -destaca Beccar Varela- se mejoraron por las características de los nuevos patios-pulmón, de 17×17 metros libres de base cada uno. Este esquema es el que se tomó de la propuesta del concurso”.
Además de evitar las construcciones en altura, el partido arquitectónico adoptado aprovechó el suelo disponible para agregar mucho espacio público y la apertura de patios.
“Los autores ofrecieron una propuesta muy superadora del proyecto original -señala Caride-, que se caracterizaba por contener aspectos reiterativos y anodinos, típicos de proyectos basados en sistemas de construcción rápida”. Daniel Becker agrega que “este anteproyecto para la Villa 20 se caracteriza por una combinación de materialidades, de modo que ni todo es blanco ni todo es negro, con espacio público que, además de apertura de calles, incluye un sistema de plazas, plazoletas y parques”.
El el marco del proyecto, un capítulo aparte merece el predio de 12 hectáreas que, hasta su desalojo, ocupó la llamada Villa Papa Francisco. Ese lote, antiguamente ocupado por un depósito de chatarra automotriz, tenía un altísimo nivel de contaminación , a punto de tornalarlo inhabitable. Para rehabilitar esa parecela e incorporarla al proyecto, la Agencia de Protección Ambiental del GCBA realizó un trabajó de remediación y posterior sellado de ese suelo que duró seis meses.
El Barrio Rodrigo Bueno tiene dos condiciones de borde: con la Reserva Ecológica hacia el Norte y con un canal, hacia el sur, donde en la actualidad hay establecidas viviendas sobre palafitos. “El punto de partida consistió en liberar el borde del canal para formar un humedal que funcione como paseo público, integrando el barrio tanto a la reserva como a la ciudad”, explica Caride.
Según Federico Azubel, “en un principio se generaban 288 viviendas para darle habitabilidad ambiental a lo existente. Pero estudios de Acumar permitieron detectar un área central del barrio que estaba por debajo de la cota de inundación. La revisión del programa permitió llegar casi a 600 viviendas nuevas más el esponjamiento sobre lo existente”.
Al norte de esta “lengua o apéndice”, se generó una plaza pública en donde se alojará actividades comerciales y un centro cultural. Para los edificios (de planta baja y tres pisos), se propuso mucho ladrillo visto, logrando una materialidad de noble envejecimiento. “Un punto interesante que surgió del proceso participativo fue la necesidad de ubicar en planta baja viviendas para la gente con movilidad reducida -explica la arquitecta Luisa Pastor Merlo, jefa del Departamento de Proyectos-. Estas viviendas se alternan con la presencia de un zócalo comercial”. Cuidadas orientaciones, buenas vistas, huertas comunitarias y equipamiento sustentable (como calefones solares), también forman parte de la propuesta.
Parte de la ciudad Los lineamientos definitivos del proyecto para el Barrio Playón Chacarita -cuyo anteproyecto fue obra del estudio Monoblock-, más conocido como Villa Fraga, todavía están en debate. “Desde el punto de vista urbano -explica Adrián Russo, de Monoblock-, nuestro anteproyecto pretendía una integración con el tejido y un “cero” público y poroso, a partir de la continuidad de la Avenida Triunvirato hasta la Avenida Lacroze. Con respecto a su arquitectura, pensamos una imagen de conjunto a partir de materiales tradicionales (ladrillo visto), que en su nobleza permiten muy bajo mantenimiento y perdurabilidad”.
A diferencia de Villa 20 y el barrio Rodrigo Bueno, las cuatro manzanas que conforman el Barrio Playón Chacarita están sobresaturadas y con poco suelo disponible, además de ser un tejido consolidado, con alturas y características definidas. Esta falta de tierra está dando por resultado un debate sobre la propuesta de los futuros edificios, que podrán ser de cuatro u ocho pisos.
En este sentido, el arquitecto Maximiliano Alvarez, asesor del proyecto desde el IVC, destaca que parte de las plantas bajas serán ocupada por locales comerciales. “Esto es importante porque su alquiler por parte de los futuros consorcistas irá al pago de expensas, ya que por su altura estos edificios requerirán de ascensores, generando costos adicionales”.
Para Daniel Becker, “es interesante que el proyecto general se parece mucho a Buenos Aires, con una línea municipal, zócalo tradicional y alturas razonables que incluyen balcones. La propuesta también mejora la partición interna de la manzana, generando patios y espacio público y semipúblico, escalas proporcionalmente razonables y un equilibro entre llenos y vacíos”.
Según Luis Méndez, gerente operativo de proyectos del IVC, “hay que destacar los relevamientos permanentes a partir de criterios de ambientabilidad, inundabilidad y descompresión de la población. También incluimos asesorías tutelares y técnicas, la educación y la capacitación”. Con las obras de la Villa 20 en marcha, desde el IVC prevén que Rodrigo Bueno y Fraga comenzarán hacia fines de año o principios de 2018.
Tres alumnos de Arquitectura de la UNC la construyeron en 20 días en el Chaco salteño. Respetaron la modalidad del pueblo originario y le agregaron servicios básicos. Es para su tesis.
Del plano a la realidad. En agosto del año pasado, La Voz informaba sobre la idea de un grupo de estudiantes de Arquitectura de la Universidad Nacional en Córdoba (UNC) sobre una vivienda para la comunidad wichi. Semanas atrás, la casa se terminó y hoy está habitada por un cacique y su familia.
Los actores principales de esta trama son Tomás Gulle, Rodrigo Carnero Vidal y Ariel Álvarez Cueto, quienes con la ayuda de un pequeño grupo de originarios armaron las piezas que llevaron desde Córdoba. Eso significó que estuvieran 20 días en medio del Chaco salteño, trabajando con temperaturas de hasta 50 grados.
Compartiendo técnicas. La vivienda ideada por los tres jóvenes universitarios es un módulo básico, que consta de una habitación, de un espacio de sombra para desarrollar sus actividades diarias y del espacio de fuego, que es la cocina. Además, tiene un módulo aparte, con sanitario y depósito (Gentileza Ariel Álvarez Cueto).
La casa es un módulo básico, que consta de una habitación, de un espacio de sombra para desarrollar sus actividades diarias y del espacio de fuego, que es la cocina. Tiene un módulo aparte, con sanitario y depósito.La estructura está hecha con madera y con un sistema de horcones, que es el principal modo constructivo wichi. Los futuros arquitectos le agregaron la técnica e incorporaron un sistema de paneles de madera, que son bastidores con estructura interna de ramas revocada con adobe.
Se construyó en la comunidad Las Llanas, ubicada en el municipio de Embarcación, de Salta, al borde de la ruta nacional 81.
El viernes 21 de enero, las partes de la vivienda partieron desde el taller de la Secretaría de Planeamiento de la UNC.
Llegaron a la comunidad wichi el lunes 23 de enero. Allí se instalaron con una pequeña carpa estructural y comenzaron a trabajar. Se encontraron con que no había muchas manos para ensamblar la vivienda más que las de ellos tres, las del cacique Carlos Centeno y otros tres pobladores.
Paneles. A la casa se le incorporó un sistema de paneles de madera, con estructura de ramas revocada con adobe.
“Le pegábamos desde las 7 hasta las 22, fue durísimo, con 50 grados de calor. La sensación térmica llegaba a 60 grados. Le teníamos que meter y sacábamos fuerzas de donde sea”, cuenta Rodrigo.
Para poder aplacar el calor, recurrían a botellas con agua congelada que se vendían a 5 pesos. “Eran una bendición”, remarca.
Estuvieron en un hotel una sola noche, pagada por el Gobierno salteño.
Tomás recuerda que comían una sola vez al día: “Bajé como seis kilos”. La ayuda principal fue de dos wichis que recibían a cambio comida que ellos tenían. “Éramos siete laburando, más allá de que por ahí venían algunas personas”, relata.
Bajo esas condiciones extremas, la angustia se multiplicaba. Agotado, el joven trabajaba con una amoladora, la apoyó en su pecho y no se explica cómo se activó: le cortó la muñeca. Lo llevaron a Tartagal, donde el médico le explicó que estuvo cerca de cortarse los cinco tendones.
“Ahí nos dimos cuenta de que estábamos donados”, dice el futuro arquitecto.
Compartiendo técnicas. La vivienda ideada por los tres jóvenes universitarios es un módulo básico, que consta de una habitación, de un espacio de sombra para desarrollar sus actividades diarias y del espacio de fuego, que es la cocina. Además, tiene un módulo aparte, con sanitario y depósito (Gentileza Ariel Álvarez Cueto).
“Llegó un momento en que nos queríamos volver, era tal la desesperación… Pero estábamos comprometidos hasta la médula”, afirma el joven.
Sucede que detrás del proyecto había un montón de gente que colaboró de manera desinteresada y además estaba la esperanza de la familia que recibiría la casa.
“Teníamos amor por la casa que iba saliendo y el resultado final, que fue lo que pensamos. Nos llenó de felicidad la gente, y los que ayudaron se sentían parte”, comenta.
Tomando forma
Después de presentar la tesis, Tomás, Rodrigo y Ariel quieren volver a Salta para estudiar cómo la casa se adaptó a la familia y al clima.
Los jóvenes remarcan que no hizo falta la improvisación, ya que todos los elementos se iban montando tal como ellos lo habían planificado. Hubo cambios, como en el recubrimiento exterior, que en lugar de ser de ramas de duraznillo se hizo con cañas que trajeron desde el río Bermejo.
“A esos viajes, y al adobe que nos hicieron dos ancianos de otra comunidad, los tuvimos que pagar con plata de nuestro bolsillo”, cuentan.
Pese a todos los contratiempos, la obra avanzaba. Una noche estaban ellos tres junto con los wichis que colaboraron con la construcción, y “uno de ellos, Daniel, nos contó que el modo de hacer la vivienda le hacía acordar a cómo construían sus abuelos”, agrega Tomás.
Finalmente, el sábado le hicieron entrega de la casa al cacique Carlos Centeno.
El Gobierno de Salta hizo una especie de acta que el hombre suscribió. En ese improvisado acto, el cacique pidió la palabra, que puso un marco de emoción.
Google rinde tributo a uno de los pioneros en recuperación de materiales tradicionales para la construcción de casas para los más humildes
El arquitecto Hassan Fathy vivió entre 1899 y 1989 (Archnet)
En sus diseños integró las condiciones climáticas, consideraciones de salud pública y la recuperación de antiguas y experimentadas técnicas. Basándose en el estudio del comportamiento termal de los edificios tradicionales, incorporó ladrilos más densos y diseños tradicionales para producir corrientes naturales de circulación de aire para mejorar la temperatura en el interior de las casas.
En 1926 se graduó de la Escuela Superior de Ingeniería de la Universidad de El Cairo y tan sólo nueve años más tarde diseñó y expuso sus primeros proyectos de casas de abode para los sectores más humildes de Egipto.
Una vida de trabajo le valió en 1984 la medalla de oro de la Unión Internacional de Arquitectos. También recibió el premio de arquitectura de la fundación Aga Khan (1980).
El legado de Fathy en Egipto sólo llegó a ser evidente a finales del siglo XX, aunque su contribución al pueblo egipcio ya había sido reconocida por observadores internacionales algunas décadas antes.
Fuera de Egipto, defendió las tradicionales soluciones energéticas naturales en los principales proyectos en comunidades de Irak y Pakistán e investigó el programa para las ciudades del futuro en África.
La mezquita de Hassan Fathy en Nueva Gourna fue uno de sus trabajo más recocidos por la prensa especializada.
La mezquita de Hassan Fathy en Nueva Gourna (Marc Ryckaert / Wiki Commons)
Última actualización marzo 9, 2017
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Publicado el 21/11/2016 en Proyección Social
Luego de 13 años de existencia en la Facultad de Arquitectura, la cátedra Problemática Socio-Habitacional (PSH) se ha constituido este año en seminario de la Facultad de Ingeniería. De esta manera, ambas unidades académicas trabajan para realizar acciones habitacionales en los sectores populares de Córdoba. Los futuros arquitectos e ingenieros conformarán equipos de trabajo mixtos a fin de proponer estrategias de mejoramiento habitacional e inicio de vivienda progresiva.
La cátedra se sumó a un proyecto que viene desarrollando la ONG Techo desde el año 2014 en la localidad de Toledo, más precisamente con unas 50 familias del asentamiento Granja Baleriana del Km 12 del Camino a 60 cuadras. Las familias se encuentran a la vera de un canal, en cercanía de cortaderos de ladrillos y de campos sembrados, lo que genera un contexto muy perjudicial para la salud y la calidad de vida de las mismas. Por ello, vecinos, alumnos y docentes de las cátedras, voluntarios y representantes de Techo trabajaron participativamente sobre las problemáticas habitacionales, urbanas y ambientales existentes.
El proyecto consistió en el relevamiento de la situación socio-económica, urbano y ambiental de las familias, para lo que se realizaron visitas y talleres de trabajo en conjunto.
Luego se realizó el workshop Estrategias de diseño integral participativo para asentamientos bajo riesgo ambiental con expertos invitados de nuestra Facultad de Arquitectura como los arquitectos Omar París y Mónica Bertolino; y Joaquín Peralta de la Universidad Nacional de Córdoba. También participó el arquitecto Sebastián Miguel del Laboratorio Bio-Ambiental de la Universidad de Flores y de la Universidad de Buenos Aires.
Como consecuencia de este trabajo, se realizaron tres propuestas diferentes de loteo, espacio público con equipamiento comunitario y propuesta de vivienda progresiva, con resultados de calidad y pertinentes a las necesidades de las familias quienes se mostraron comprometidas para la concreción de estos proyectos. También se iniciaron gestiones con la intendencia de Toledo y referentes de la actividad agropecuaria del periurbano, junto a Techo y los vecinos. Así, se espera poder avanzar para que el acceso al derecho a un hábitat digno, sea una realidad para las familias de Granja Baleriana.
Cabe destacar también la firma de un convenio entre las partes para la presentación de un proyecto de realojo en la zona de actual asentamiento de las familias, a ser presentado conjuntamente al Gobierno Provincial y Nacional, a partir de la compra de las tierras necesarias por parte de los referentes de la actividad agropecuaria de la zona.
El Fondo para la promoción de innovaciones de ADEC financia proyecto interdisciplinario entre cátedras de Arquitectura e Ingeniería
En el marco de la convocatoria de Proyectos de Innovación y Capital Humano 2015, ADEC aprobó el proyecto interdisciplinario presentado por cátedras de Arquitectura e Ingeniería titulado Diseño de sistema integral de registro de la demanda habitacional para municipios. En el trabajo se plantea desarrollar innovaciones vinculadas a la manera de diagnosticar las necesidades habitacionales existentes en los municipios cordobeses como insumo a la implementación de acciones o políticas habitacionales más pertinentes.
Concretamente, y a partir de articulaciones programadas ente la cátedra PSH y alumnos de nuestra carrera de Ingeniería en sistemas , se diseñará un modelo de sistema de registro de demanda habitacional local, una información para la gestión local que será factible de ser utilizado por municipios de la provincia y el país.
Considerando que
el 30% de los municipios del país no poseen este tipo de sistemas;
el 57% de los municipios poseen sus registros en soporte papel;
el 39% no poseen sus registros sistematizados;
y que el 71% de los municipios poseen sus registros desarticulados con los registros de demanda de su provincia de pertenencia;
La utilidad de este tipo de desarrollos resulta de la necesidad de que toda decisión pública pueda sustentarse en informaciones rigurosas, así como en la urgencia de avanzar hacia procesos habitacionales integrales y asociativos superadores a los que actualmente se desarrollan a nivel municipal en nuestra provincia.
Publicación
Con motivo de los 20 años de funcionamiento de Red ULACAV (Red Universitaria Latinoamericana de Cátedras de Vivienda) se publicó el libro Formación Universitaria en el Hábitat- 20 años de experiencia de la Red ULACAV.
Los capítulos, ponencias y casos que se recopilan en el libro fueron seleccionados por un comité internacional entre todas las producciones y experiencias de cátedras de la región, con el fin de socializar lo mejor y más distintivo del trabajo de la red en estas dos décadas. Entre ellas se destaca la labor desarrollada por nuestra cátedra Problemática socio-habitacional.