Astrobiología y preservación genética: El Arca de Noé lunar

Por Daniel Rubén Medina Guzmán

La vida en la Tierra, originada hace unos 4 billones de años, nos ha otorgado a través de la evolución una gran diversidad de especies en cada tipo de hábitat y ecosistema, sea acuático, aéreo o terrestre. Se sabe en la actualidad que nuestro planeta posee un total de 8,7 millones de especies de seres vivos, siendo esta cifra solo una aproximación, ya que continuamente se van descubriendo especies nuevas para la ciencia, como también extinguiendo simultáneamente. La importancia de este gran número de seres vivos radica en el hecho que posee en sí mismo un alto valor de biodiversidad que únicamente se encuentra registrado en nuestro planeta, que es lo que supuestamente sabemos hasta el momento.

El valor biológico de la Tierra ha llevado a científicos de la Universidad de Arizona a formular una propuesta reciente que busca preservar esta misma biodiversidad: enviar muestras de ADN de todas las especies de la Tierra para que sean almacenadas y contenidas en instalaciones lunares artificiales, a modo de un “arca de Noé” bíblica localizada en nuestro satélite natural. Las muestras genéticas se guardarían en módulos de almacenamiento en frío dentro de tubos por debajo de la superficie lunar, formando una matriz de almacenes, comunicaciones, flujos de aire y paneles solares que la harían autónoma.

La relevancia de esta propuesta concuerda en gran medida con los actuales objetivos de investigación y conservación biológica, así como también con algunos propósitos astrobiológicos de investigar la vida más allá de las fronteras de nuestro planeta. La conservación y preservación de especies, desde este punto de vista ya no sería un tema restringido al ámbito de la realidad terrestre sino también de la realidad lunar; sería un tema de relevancia planetaria y cosmológica, ello aunado al hecho de que nuestro propio entorno terráqueo va mostrando cambios críticos a nivel de clima, ecosistemas, demografía, sociedad, cultura, investigación, etc. Cada vez se hace más necesario realizar una “copia de seguridad” de las especies de nuestro mundo, que, de acuerdo con la propuesta ya mencionada, sería establecida en nuestro astro más próximo. La presencia de un banco espacial de ADN de todas las especies de nuestro planeta puede ayudar en un futuro a realizar un manejo, reproducción o propagación de especies vegetales y animales en caso se necesite llevar a cabo una colonización humana en la Luna o Marte, o también en caso se requiera hacer ensayos y estudios biológicos en condiciones espaciales ajenas a nuestro planeta. Muchas podrían ser las opciones y oportunidades para esta propuesta astrobiológica, sobre todo en estos tiempos en los que la búsqueda de vida en el universo va cobrando vital importancia. Es necesario dar pasos que permitan ensayar y experimentar la vida fuera de la Tierra, no solo a nivel científico sino también a nivel social-humanístico, y así lograr cada vez más una comprensión más amplia y precisa de la vida en el universo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *


*