Por: Daniel Medina Guzmán.
La Fosfina o Fosfano es un compuesto químico gaseoso conformado por un átomo de Fósforo y tres de Hidrógeno (PH3). Es una molécula tóxica, inflamable e incolora que posee un característico olor aliáceo-podrido (olor a ajo o pescado en mal estado). En condiciones naturales lo encontramos en hábitats microbianos terrestres libres de oxígeno y/o en materia orgánica en descomposición. Las bacterias de nuestro planeta toman fosfato de cualquier material biológico o de minerales, y le añaden hidrógeno.
Recientemente, el 14 de septiembre del 2020, un equipo internacional de científicos anunció el hallazgo de Fosfina en la atmósfera de Venus, lo cual ha despertado nuevamente la inquietud sobre la alta probabilidad de existencia de vida en nuestro planeta vecino. En lo que respecta a la Fosfina, la única forma en la que esta se produce es a través de procesos metabólicos microbianos, procesos de laboratorio y/o a través de procesos industriales, a menos de que exista algún proceso geoquímico o fotoquímico desconocido para el ser humano que contribuya a la generación de este gas tóxico. Lo que sí es claro, es que desde hace algunos años la Fosfina es considerada científicamente como una biofirma, es decir, que se trata de un componente clave y característico ligado íntimamente a la presencia de vida, y aunque quizás resulte prematuro decir que el hallazgo de Fosfina en la atmósfera venusina signifique la presencia irrefutable de vida en dicho lugar, aún así es necesario incidir en el hecho de que hasta el momento no existe otra explicación para comprender el porqué esta molécula se encuentra presente en las nubes incandescentes del segundo planeta de nuestro Sistema Solar.
¿Por qué a pesar de que ya años antes se había encontrado Fosfina en Jupíter y Saturno, adquiere ahora un fuerte protagonismo astrobiológico al haber sido también encontrada en Venus? La relevancia de este descubrimiento radica en la cantidad en que esta molécula ha sido hallada. El equipo de investigadores manifiesta que las cantidades de Fosfina registrada en Venus son tan grandes que hasta ahora no han podido ser capaces de formular explicaciones que no contengan variables biológicas y que a la vez permitan comprender su presencia actual en dicho planeta. Aún así, los científicos siguen revisando minuciosamente todas las posibilidades respecto al cómo se produce Fosfina en un planeta rocoso como lo es Venus.
Gracias a este descubrimiento nuestro planeta vecino se coloca en la lista de lugares con alta probabilidad de albergar vida extraterrestre. Si bien es cierto las condiciones geológicas y climáticas no son las más apropiadas para desarrollar vida (presión atmosférica 90 veces mayor que la Tierra, nubes compuestas por ácido sulfúrico y altísimas temperaturas en su superficie), aún así Venus es considerado como un planeta “gemelo” a la Tierra en cuanto tamaño, masa, densidad, composición y gravedad; cualidades que pueden seguir ayudando a comprender, desde otra perspectiva, los diferentes procesos, factores y elementos que propician o potencian la generación de vida fuera de las fronteras de la Tierra – quizás condiciones de vida distintas a las conocidas en nuestro planeta – y así de esta forma, ampliar la visión astrobiológica de seguir buscando señales de vida en nuestro vecindario planetario, en nuestro sistema solar y en el espacio remoto.
M parece interesante tu comentario referente a la fosfina .pero porq cobsideras de q puede haber vida extraterreste?
Caren, muchas gracias por tu inquietud y tu interés académico en el tema. Se considera que puede haber vida extraterrestre a partir del descubrimiento de Fosfina por el mismo hecho de que esta molécula solo puede ser producida o generada a partir de procesos metabólicos ocurridos en seres vivos (hasta el momento la ciencia no ha podido registrar otro método de generación de Fosfina); esto quiere decir que si se ha registrado Fosfina en la atmósfera de Venus, es por el supuesto hecho de que habrían organismos que estarían produciéndolo, a menos de que exista otra forma de generarse a través de procesos abióticos (geológicos o químicos) desconocidos aún por la ciencia humana, cosa que hasta el momento no se sabe con certeza.