Conclusiones IV Congreso Iberoamericano de Cultura
IV CONGRESO IBEROAMERICANO DE CULTURA Mar de Plata 2011, Argentina CONCLUSIONESINTRODUCCIÓNDesde Mar de Plata, Argentina, el IV Congreso Iberoamericano de Cultura se realizó en un contexto civilizatorio de gran complejidad y acelerados procesos de debate cultural, estético y democrático en todos los espacios iberoamericanos. Este siglo XXI que se empina con todas sus complejidades nos impele no solo a superar paradigmas y formas de hacer las cosas, sino también a ubicar a la cultura como un factor determinante del desarrollo humano simbólico y material. En efecto, la cultura constituye un elemento sustantivo de la calidad de las políticas públicas en todos los ámbitos, pero, además, es el espacio desde el cual se pueden repensar formas para la mejor convivencia humana, la paz y la calidad democrática de las sociedades, más allá de las instituciones.Queremos destacar la fraternidad y el rigor de planificación y trabajo de la Secretaría de Cultura de la Nación Argentina, lo cual ha sido decisivo para que el ambiente de diálogo se transforme en política y para que el conocimiento de cada uno aporte a la reflexión de todos. De igual forma, agradecemos a todos los gestores culturales provenientes de las distintas regiones iberoamericanas que hicieron un esfuerzo por estar junto con todos los implicados, construyendo un tramo más del espacio común que desde nuestra historia y actualidades nos unen. Muchos de los que han fortalecido el sentido de este Congreso arribaron con sacrificio y determinación al debate colectivo. Realzar su presencia es reconocer la cultura también como pasión. Es importante destacar la participación de jóvenes y niños en la apropiación y construcción de conceptos y ejercicios democráticos culturales durante este Congreso.Lo que caracteriza el ímpetu de los iberoamericanos es la capacidad de trabajar juntos más allá de las diferencias de cada región; esto es así porque hay una identidad común compartida que nos permite dialogar en diversidad y, particularmente, porque tenemos la disposición de construir espacios más amables para habitar y compartir entre nosotros y los ciudadanos.En cada uno de los Congresos Iberoamericanos de la Cultura, se han ido configurando aproximaciones a los mundos estéticos creativos que dotan de sentido y anchura la noción de Iberoamérica. Este IV Congreso se abordó desde la participación democrática, la política y el protagonismo popular. Hemos resaltado en cada uno de los ámbitos de debate la importancia de contar con políticas culturales que cumplan el doble propósito de mejorar la calidad de vida de nuestros habitantes y que consoliden a nuestros ciudadanos como actores decisivos en la definición de programas y estrategias de desarrollo cultural.Las dinámicas de debate, reflexión y las sugerencias que han signado estos tres días de trabajo se han ido urdiendo desde los temas más singulares de la creación cultural en los planos territoriales, locales y nacionales, referidos al arte, el arte contemporáneo, los derechos creativos, las tradiciones culturales, las industrias culturales, la investigación, la innovación, la centralidad de los pueblos originarios y afrodescendientes, la juventud, las migraciones, entre otros, hasta la importancia de consolidar un concepto político, creativo y operativo de Iberoamérica como espacio que se une en sus diversidades. Las nociones con grandes sentidos no cesan jamás su dinámica movilizadora de reflexión y acción; ideas tantrascendentes como las que contienen el afán del espacio cultural iberoamericano se tejen al amparo de lo realizado desde lo más territorial y local, hasta el esfuerzo de gobiernos y organismos iberoamericanos por hacer de ellas mucho más que un afán. Son ideas que suman, que implican acción, programas y proyectos que nos unen desde las identidades de cada cual.La participación de comunidades creativas, representantes de los gobiernos locales y nacionales, artistas e intelectuales, así como de los ciudadanos interesados en el tema ha sido amplia y ha sometido las sugerencias temáticas a preguntas y opiniones que han ampliado los marcos de referencia con los cuales se inició el Congreso; pero también han logrado tejerse propuestas para la cultura como proceso y acción. En esta dinámica, el aprendizaje ha sido multilateral, de los panelistas hacia los actores culturales, de los actores hacia sus iguales, y de regreso hacia los panelistas, quienes se llevan inquietudes sembradas por los asistentes.De todos estos resultados, el Congreso definió centralidades y prioridades hacia los ámbitos político y cultural, cuyo valor indicativo trasciende a los países y permea en las comunidades, territorios y localidades. Esto nos obliga a pensar cómo ser contemporáneos de lo que acontece en nuestros espacios culturales con todos y todas. Hacer política cultural es llegar a todos los ámbitos, sin exclusión de ninguna naturaleza, debatir en libertad las premisas de trabajo y lograr comunidad, para que lo propuesto ayude a transformar la realidad de las sociedades iberoamericanas. Resulta necesario que las instituciones públicas, privadas o comunitarias y, singularmente, la gestión cultural asuman las premuras y nuevas demandas que surgen de nuestros territorios, con ritmos y velocidades que, en muchos casos, están por delante de las prácticas que hemos consagrado, las cuales son necesarias y útiles, pero deben ser sometidas en forma constante al juego de la actualización.No debemos olvidar, antes de pasar a las conclusiones temáticas, las aportaciones realizadas a través de las Mesas de Diálogos, en las que se contó con la presencia de la senadora Lucía Topolansky Saavedra, ejemplo de la militancia y la participación en la historia de la cultura latinoamericana, y de la secretaria general de la UNASUR, Emma Mejía Vélez, quien subrayó el factor determinante de la cultura para el proceso de integración latinoamericana. De igual forma, se realizó un balance de los Programas Cumbre apoyados por la SEGIB.LÍNEAS TEMÁTICAS Y CONCLUSIONESI. Biopolítica: nuevas formas de gobernabilidad y gestión de la vida culturalBalances y dinámicas: de CONACULTA a Mar de Plata Desde sus distintas procedencias, los expositores se refirieron a los procesos de institucionalización de la cultura en América Latina en general y de sus países en particular, cuyo origen se remite a CONACULTA en México, en 1988. Describieron las diferentes formas que tomó dicha institucionalización, sea como Consejo Nacional, Ministerio o Secretaría. Más allá de los modos organizacionales, todos coincidieron en que es responsabilidad de los Estados buscar su estabilidad institucional, y que este tipo de encuentros, como el Congreso, generan un intercambio de experiencias en tal dirección. En este sentido, los expositores rescataron tres elementos de la cultura: pertenencia, capacidades y participación. A partir de estos ejes, es posible reconstruir los tejidos sociales que permitan erigir un futuro más justo.Políticas públicas culturales: ¿hay algo nuevo? Ante el agitado panorama internacional, América Latina muestra nuevos modos de enfrentar los cambios de paradigma al revalorizar las culturas de los pueblos originarios y, en particular, su concepto del “buen vivir”. Esta recuperación de las culturas originarias habla de una revolución cultural, como los casos que se presentaron de las políticas adoptadas por Bolivia, Ecuador y Perú. Al referirse a una revolución cultural, los expositores hicieron hincapié en el quiebre con la cultura heredada por la colonia. Por ello, uno de los ejes fundamentales es “desculturalizar la cultura”. Esta idea implica deconstruir los imaginarios hegemónicos,apuntar a las subjetividades y gestionar nuevas representaciones, apartándose de la cultura concebida como consumo y espectáculo. La cultura, así entendida, explica su rol en la construcción de la ciudadanía, permitiendo una salida distinta a los problemas sociales (violencia, delincuencia, discriminación). Los expositores coincidieron en que la cultura es la herramienta para mejorar los vínculos humanos en pos del bien común y, así, articular el cambio social. En este sentido, uno de los desafíos que se presenta es armonizar la tensión entre la institucionalización de la cultura y la creación popular.II. Innovación tecnológica: cultura y comunicación en la era de la informaciónProducción cultural y nuevas tecnologías En esta mesa, se debatió sobre la cuestión de los derechos de propiedad intelectual y la libertad en el acceso de esos bienes creativos. El derecho de autor sería la fuente para sostener las industrias culturales, que son la base de la cultura. Por ello, se debería incrementar la oferta de contenidos culturales legales, de modo que se logre un equilibrio justo entre los creadores y los ciudadanos. Además, se complejiza el problema al señalar que los servidores de Internet y los buscadores son los beneficiarios de este sistema, ya que son los que obtienen las mayores ganancias del libre acceso a los bienes creativos. Por otro lado, los expositores advirtieron la amenaza que representa el hecho de que los grupos concentrados de comunicación mundial generen productos que homogeneizan la diversidad cultural.Comunicación: avances en la democratización del acceso a la información En un contexto de globalización y sobredosis de información, las nuevas formas represivas ya no son el ocultamiento, sino la manipulación y la repetición deformadora de los hechos. Dado que los medios de comunicación sufrieron un proceso de hiperconcentración a lo largo del siglo XX, el desafío actual de los Estados es descentralizar y desarmar esos monopolios mediáticos, fomentando la pluralidad de la información. En estas condiciones, los expositores se refirieron a la batalla que se está dando en América Latina entre los gobiernos progresistas y los grupos monopólicos de comunicación. En este sentido, los gobiernos deben continuar con una política democratizadora, modificando el mapa de medios y generando así las condiciones para un consenso general civil.III. Geopolítica sur: identidades, diversidad y autonomíaLos retos actuales y futuros de la integración Los expositores abordaron desde diferentes perspectivas la noción de “integración” entre los países de América del Sur. Se reconstruyó la matriz histórica de la dependencia latinoamericana, y se sostuvo que, para hacerle frente al neoliberalismo, es necesaria una nueva arquitectura financiera desde el sur. Además, se afirmó que el proceso de integración regional se da en un escenario de profunda inestabilidad, donde debe ligarse a la justicia social, y se explicó que la integración en el contexto actual debe ser pensada desde diferentes aristas. Se sostuvo que la UNASUR es el instrumento estratégico para la integración de América del Sur.Haití, ¿respuesta del sur? Las grandes crisis, como la situación actual de Haití, deben servir para crear nuevos espacios de cooperación y fortalecer vínculos entre los distintos países de América Latina. En este sentido, se destacó la larga historia libertaria del pueblo haitiano. Más que una solidaridad en genérico, lo esencial es establecer líneas de cooperación para el mediano plazo entre toda la región y este pueblo. En lo que respecta a la cultura, es necesario construir políticas de cooperación que constituyan un factor para construir políticas culturales.IV. Diverso y alterno: nuevo protagonismo en expansiónAfrodescendientes y pueblos originarios En este diálogo, se sostuvo que, a pesar del gran aporte de las poblaciones maya, inca, ladina o mestiza, y garífuna a la lengua y la cultura de toda la región, estas representan grandes índices de pobreza y exclusión social; por eso, debe revisarse la noción de diversidad cultural. Se destacó que es necesario reconocer yvisibilizar su existencia, y concebir la cultura como un derecho humano, destacando la importancia de la diversidad como parte de la identidad. En el marco de los notables índices de pobreza y exclusión social de las poblaciones originarias y afrodescendientes en la actualidad, la cultura cobra una importancia fundamental, ya que funciona como un espacio de aproximación y desarrollo compartido entre las personas. En este sentido, la noción de diversidad cultural es imprescindible para repensar las identidades latinoamericanas.El largo camino hacia la igualdad y la diversidad: impacto cultural y político Los expositores abordaron desde diferentes perspectivas la cuestión de la diversidad cultural y las luchas por la igualdad de género. Se explicaron, desde una perspectiva feminista, las relaciones entre el capitalismo y el patriarcado, y se analizaron conceptos como lo igual, lo idéntico, lo diferente y lo diverso. Se manifestó la importancia del activismo para el avance de la lucha feminista, y se acentuó la diferencia entre la igualdad formal y la igualdad real. Del mismo modo, se repasaron las políticas públicas llevadas a cabo por el Gobierno Nacional, y se destacó su importancia en la lucha contra la discriminación y a favor de los derechos humanos, a la vez que se abordó la situación actual de América Latina en su lucha a favor de la diversidad cultural.V. Futuro: posmodernidad y agenda emergente del siglo XXIMigraciones Los expositores se refirieron al problema de la migración y definieron algunos conceptos teóricos en torno a este. Se explicó cómo las migraciones han generado nuevos procesos culturales en la región, y se reflexionó sobre las narrativas de identidad migrante, y sobre la relación entre migración y violencia. También se criticaron algunos supuestos instalados acerca del concepto de migración, y se reflexionó sobre conceptos como el cronocentrismo, el fundamentalismo cultural, y la relación entre migración y pobreza.Violencia y cultura: el fomento de la paz En esta mesa, se recorrieron los distintos procesos de pacificación en América Latina, donde si bien se rescató la paz política lograda, no se omitió que aún existen problemas sociales de ilegalidad y violencia que representan conflictos por resolver. Entre estos conflictos, el más preocupante es la red de narcotráfico que atraviesa toda la región y que penetra entre los jóvenes. En este marco, la cultura y los programas que desarrollan los gobiernos para su promoción resultan salidas posibles a estos males. Así, existen diversos programas que entienden la paz como una reconstrucción de la convivencia a través de los valores y las expresiones culturales. De este modo, no debe plantearse una oposición entre la paz y la guerra, sino entre la convivencia pacífica y la violencia. En este proceso de recuperación de la cultura como vector para el desarrollo, la memoria es un componente esencial a la hora de comprender nuestra historia y los períodos de violencia que atravesó la región. Por otro lado, los expositores advirtieron sobre las formas de estigmatización y la sensación de inseguridad construida por los medios de comunicación como un obstáculo para integrar a los diferentes actores sociales.VI. Economía y cultura: creación de valor y desarrolloEconomía y cultura: una relación estratégica En la actualidad, el sector cultural se muestra como el más dinámico en las economías de la región. La reconfiguración de la relación entre economía y cultura emerge de una concepción que resalta el carácter de bien común de la cultura y no el de mercancía. Al referirse a bien común, se enfatiza la capacidad de la cultura para generar empleo, pero también para reparar el tejido social a través de la participación popular. Según los ejemplos de los distintos países, se mencionó la importante función de las industrias y pymes culturales para avanzar en este sentido. Estos emprendimientos culturales sirven también para sostener laautonomía frente al avance de la globalización, que está determinando un proceso de homogeneización. En este punto, se habló de la importancia del desarrollo de las TIC como medio de difusión de una cultura global, pero también se advirtió sobre el potencial que tienen estas tecnologías para dar a conocer las culturas minoritarias. Para ello, se debe continuar trabajando en la combinación de bienes creativos e innovaciones tecnológicas. Todo esto es posible por el carácter intangible y, en consecuencia, no agotable del capital intelectual, fundamento de estas economías creativas.Innovación y cultura: ¿de la economía del conocimiento a la economía de la creatividad? En esta mesa, se explicó la importancia del nuevo modelo de comunicación global y digital. Los expositores se refirieron específicamente a la televisión digital, destacando que constituye una instancia de apertura hacia el acceso democrático a la cultura. Se reflexionó acerca de la relación entre la economía y la cultura, destacando que es necesario que ambas logren reforzarse mutuamente, sin que la cultura se incorpore a la lógica del mercado. Se reconoció la importancia de la ciencia dentro de la cultura, y se la consideró un modo de entender creativamente el mundo. Se propuso se el fortalecimiento de un modelo económico alternativo, que involucre la noción de diversidad cultural y creativa, y que incorpore la intervención de los recursos del Estado. En el marco de la democratización del acceso a las nuevas tecnologías, el desarrollo de la economía y de la creatividad debe pensarse a partir de un enriquecimiento recíproco.