Un banco de materiales para mejorar viviendas
El año pasado comenzó a funcionar en Córdoba el Banco de Materiales, una organización no gubernamental impulsada por Cáritas Córdoba y la Universidad Católica de Córdoba (UCC), con el apoyo de la Asociación de la Vivienda Económica (AVE) y la empresa Séptimus, que entrega materiales de construcción a familias de sectores desfavorecidos de Córdoba.
Desde agosto, se ha provisto el equivalente a más de un millón de pesos a 15 familias de camino San Carlos y la comunidad El Milagro para que mejoraran las condiciones de habitabilidad de sus viviendas precarias. El material fue donado por 11 empresas y 10 particulares.
Los elementos no se regalan, sino que tienen un “valor social”: los beneficiarios pagan el 25 por ciento del costo del mercado para sostener a la ONG.
La iniciativa del Banco surgió en la cátedra Servicio Social Habitacional de la Facultad de Arquitectura de la UCC, cuyos alumnos elaboran proyectos sociales.
Hoy, el banco administra los materiales de construcción que aportan empresas y particulares.
Se recolectaron 40 aberturas, 3.800 kilos de hierro, pisos y revestimientos, equipamiento, construcción en seco, sanitarios y materiales de albañilería por un total comercial de 1.076.054 pesos.
Desde la ONG, explican que el objetivo es crear una ciudad más integrada y equitativa, y colaborar en la problemática sociohabitacional de Córdoba. “Construir un hábitat es impulsar procesos de progreso no sólo constructivos, sino fundamentalmente de inclusión social”, sostienen.
Se estima que más de 18 mil familias en la provincia viven en asentamientos que no cuentan con las condiciones ni la infraestructura de una vivienda digna.
Red de donantes
Una vez conformada como ONG, la UCC y Cáritas presentaron la iniciativa al Consejo Provincial de Políticas Sociales del Ministerio de Desarrollo Social y solicitaron el Fondo Ayudar, que contribuye con proyectos de impacto social. Esto permitió armar el banco.
“En el primer cuatrimestre de 2018, se trabajó en la comunidad de San Carlos, en camino San Carlos, junto a la capilla de Cristo Redentor, de barrio Jardín, que es el agente territorial que permite llegar a las familias”, dice Olmos.
“Son mejoras habitacionales, se trabaja donde ya hay viviendas, pero se trata de que sean un poco más dignas. La mayoría de los casos son habitación y baño, sólo baño o un estar, porque la habitación es prácticamente la casa”, cuenta Olmos.
Los primeros 27 proyectos que ingresaron al banco, y en los que se trabaja en este momento, son de la comunidad de San Carlos.
Cómo funciona
Los alumnos de la cátedra acercan los proyectos y realizan un cómputo de los materiales necesarios. En ese momento, entra en acción el Banco de Materiales, que busca la donación de excedentes de obras de particulares, de empresas o que vengan de primera línea. Los materiales se acopian en el campus de la UCC y en el Centro Experimental de la Vivienda Económica (Ceve).
“Tratamos de movilizar lo menos posible los materiales. Si la empresa los puede tener, los llevamos directamente desde ahí hasta las familias que lo necesiten, por una cuestión de costos de flete”, indica Olmos.
El banco toma los proyectos según los materiales que va recibiendo. La construcción corre por cuenta de la familia, que realiza un aporte monetario por el material. Es un “valor social” que equivale al 25 por ciento del valor comercial. Esto permite que el banco funcione como tal.
“La idea es que este año el Banco de Materiales pueda ser cada vez más autónomo. Esto demanda agilizar la recepción de las donaciones, la logística y la entrega. Hay que trabajar mucho en la captación de donaciones porque ha sido un año difícil y no siempre es prioridad donar materiales. Consideramos que podríamos atender a entre 70 y 100 familias por año”, remarcó Olmos.
La campaña de verano
Buscan recaudar metros de chapa para las iniciativas.
Durante el verano, el Banco de Materiales realizará una campaña de recaudación de metros de chapa en buen estado, o bien fondos para comprarlas para ayudar a familias a montar un techo apropiado. Pueden sumarse a la causa tanto instituciones como particulares. Las donaciones se reciben a través de la web http://bancodemateriales.org/como-donar/. Para información, comunicarse al (351) 7-655555 o escribir a info@bancodemateriales.org
Proyecto. Una de las obras de mejoras de viviendas en Camino a San Carlos incluye la incorporación de nuevos ambientes. (Javier Cortéz)
El camino de los que ya están aprovechando el recurso
Al costado del canal que recorre la comunidad de San Carlos, Camino San Carlos, se levanta un caserío donde viven familias beneficiarias de la donación de ladrillos, hierros y chapas que llegan gracias al Banco de Materiales.
A fines de 2017, recibieron a los estudiantes de Arquitectura de la UCC, quienes realizaron el relevamiento de la situación habitacional de los hogares. A principios de 2018, ya tenían los planos de la casa y el proyecto para la ampliación o la mejora de sus viviendas.
Es el caso de Rosa Moreno (30), que habita la zona desde hace cinco años con su marido y sus cinco hijos. El hombre trabaja lavando y embolsando zanahorias, y Rosa atiende la casa y a los niños, que tienen entre 3 y 12 años.
La familia necesita una habitación más para que los varones y las niñas tengan sus propios dormitorios. “Iba a la capilla, me enteré de esta posibilidad y me anoté. Ahora ya se han cavado los cimientos”, cuenta Rosa.
Su marido es el encargado de levantar la pieza, igual que hizo con el resto de la casa. Los materiales los provee el Banco de Materiales a través de donaciones de empresas y de particulares, y la familia paga el “valor social” pactado. “Me parece una excelente idea porque nos ayuda a avanzar con lo que nos falta”, apunta Rosa.
Una casa para Marina
Todos los proyectos en los que el banco actúa como intermediario son ampliaciones o mejoras de viviendas, excepto uno: la casa de Marina.
Marina es una joven santiagueña de 24 años, madre de tres hijos –Luciana (12), Diana (6), que tiene parálisis cerebral, y un varón de 3 años– y que trabaja como empleada doméstica y malvive con sus niños en una pieza alquilada en Camino a San Carlos.
María Laura Ávila Paz, voluntaria de la capilla San Carlos y encargada de la Pastoral Caritativa y Social, cuenta que, dadas las circunstancias de vulnerabilidad de esta familia, la vivienda está siendo construida por Diego, un albañil, padre de siete hijos, al que le pagan con donaciones de los fieles.
Diego, además, presentó un presupuesto con una rebaja de 20 mil pesos como colaboración a Marina y sus hijos. “Nos sorprende la generosidad de la gente”; subraya Ávila Paz.
Para esta casa, ya cuentan con casi todos los materiales que se necesitan, excepto el techo (que se realizaría con vigas de madera elaboradas con palets en el Centro Experimental de la Vivienda Económica) y las instalaciones. Lo más costoso son los sanitarios para discapacitados para la pequeña Diana.