Experimento mental: Una civilización en un fotón

Si la ciencia detecta megas estructuras, el humano, ¿sería capaz de distinguir entre lo artificial y lo natural? ¿Seríamos capaces de darnos cuenta cuando estamos en presencia de una estrella sometida a evolución natural del cosmos o ante una esfera de artificial?

Viviana Yaccuzzi Polisena-UCC
José G. Funes S.J.- CONICET-UCC
Catalina Peccoud-UCC

Dentro del proyecto OTHER (Otros mundos, Tierra, Humanidad y Espacio Remoto), nuestro laboratorio de ideas, nos preguntamos por la existencia de vida espiritual en otros planetas.

Vivimos en un universo amigable con la inteligencia y con la espiritualidad. Nos preguntamos si la génesis espiritual es necesaria para el proceso evolutivo cósmico o si, por el contrario, se trata de un proceso aleatorio. Consideramos un nuevo enfoque: incluimos el factor espiritual en la ecuación de Drake. La ecuación propone cuantificar el posible número de civilizaciones tecnológicamente avanzadas que se pueden comunicar con nosotros.

Proponemos marcadores espirituales que podrían evidenciar la presencia de noosfera en un exoplaneta.

Freeman John Dyson (1923físico teórico y matemático inglés), hizo contribuciones en electrodinámica cuánticafísica del estado sólidoastronomía e ingeniería nuclear. Teorizó varios conceptos que llevan su nombre como la esfera de Dyson, se trata de una mega estructura, una cubierta esférica de talla astronómica alrededor de una estrella, la cual permitiría a una civilización avanzada aprovechar al máximo la energía lumínica y térmica del astro. En 1960 Dyson escribió un artículo que se publicó Science, denominado “Búsqueda de una fuente stelar artificial de radiación infrarroja” (“Search for Artificial Stellar Sources of Infrared Radiation”). Pensó en la siguiente idea: una civilización extraterrestre podría rodear su estrella nativa con estructuras artificiales para maximizar la captura de la energía de la estrella. Entonces, un método de búsqueda de inteligencia extraterrestre sería buscar objetos grandes que emiten radiación en el rango infrarrojo del espectro electromagnético. Tal esfera, es básicamente una cubierta  de relieve astronómico (es decir, con un radio equivalente al de una órbita planetaria) alrededor de una estrella, la cual permitiría a una civilización aprovechar al máximo la energía lumínica y térmica del astro. Dyson  sugiere buscar tales características en cuerpos celestes y así detectar civilizaciones extraterrestres avanzadas. Una estrella contenida en una esfera de Dyson no sería visible directamente, aunque la esfera en sí generaría radiación infrarroja equivalente a la energía generada por el astro, debido al calentamiento en su cara interna. Aunque el mérito se asocia a Freeman Dyson, una idea parecida fue propuesta en 1937 en la obra de ficción (Hacedor de estrellas de Olaf Stapledon).

Olaf Stapledon  (18861950 escritor y filósofo inglés), desarrolló ideas como la variedad de formas de vida en el cosmos, grandes civilizaciones, imperios galácticos y seres imposibles de imaginar por la mente humana. Narró la historia de un hombre, maravillado por la inmensidad del cosmos; convencido que existe un creador, inició un viaje astral en busca del Hacedor de Estrellas. El viaje continúa por muchas épocas y va de una punta a otra del cosmos, alcanza estadios de conciencia mayores; descubre infinidad de variedades de especies, algunas mucho más avanzadas en tecnología como por ejemplo una especie de cangrejos que viven en simbiosis con peces. Presencia imperios galácticos que fabrican sistemas solares artificiales, al final consigue hacer contacto con el creador del universo y encuentra, que éste, ha creado universos anteriores al nuestro más precarios y otros más perfectos.

En nuestra investigación nos enfocamos en buscar huellas inteligentes y espirituales que puedan evidenciar la presencia de noosfera. De acuerdo con Teilhard y Vladimir Vernadski (1863-1945, biólogo ruso), el planeta se encuentra en un proceso transformador, evolucionando desde la biosfera a la noosfera.

Proponemos un experimento mental para imaginar la vida espiritual extraterrestre y abrirnos a experimentar lo que está más allá de los sentidos.

Retomamos nuestro planteo original, si la ciencia detecta megas estructuras, el humano, ¿sería capaz de distinguir entre lo artificial y lo natural? es decir, ¿seríamos capaces de darnos cuenta cuando estamos en presencia de una estrella sometida a evolución natural del cosmos o ante una esfera de Dyson?

Experimento mental:

En este experimento, consideramos la posibilidad de que en los fotones se pueda almacenar información, utilizando el entrelazamiento para enviar el mensaje; este sería el modo de comunicación de civilizaciones avanzadas, sin necesidad de enviar artefactos físicos o imaginar viajes entre las estrellas ya que ello supone una pérdida de energía muy elevada. De ahí que el mensaje esculpido en un fotón es altamente eficiente y está protegido de los avatares cósmicos porque llegaría instantáneamente. El medio cuántico requiere que se inscriba el mensaje “existimos” de modo distinto a cualquier otra inscripción realizada en la materia, además, consideramos que el destinatario no está en reposo con respecto a la fuente, sino fluctuando e interactuando.  El mensaje estaría guardado en los fotones, por lo que no tendría dificultades ni interferencias para llegar al destinatario; no habría necesidad de traslado físico a grandes distancias, con enviar fotones es suficiente para alertar de la existencia de vida inteligente en el universo. Si una civilización avanzada puede construir soles artificiales o megas estructuras alrededor de su estrella, es porque maneja las leyes del medio cuántico, por lo que no llegarían a nosotros de la misma manera que nosotros intentamos llegar a ellos. Civilizaciones avanzadas se valdrían de los elementos químicos y biológicos del cosmos, de la superposición y del entrelazamiento cuántico para hacerse presente y visibles ante la humanidad; nos enviarían información codificada de su existencia y posición en el universo en fotones; de esta manera no tienen necesidad de moverse de sus megas estructuras.

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